Como dije en una columna anterior, la pandemia mundial del COVID-19 aún no se detiene. Perú ha sido reconocido internacionalmente como uno de los primeros países en adoptar medidas drásticas y de ayuda económica para combatir el virus pero las cifras de contagiados y de fallecidos no han sido alentadoras.
Al inicio de la cuarentena tuvimos miles de detenidos, miles de policías infectados, motines y muertos en los penales, cambios de gabinete, economía paralizada, caminantes, médicos infectados, logística en hospitales colapsada, peruanos sin retorno del extranjero, pruebas rápidas que no llegaban, desborde en los mercados populares.
Luego, hemos tenido a un Congreso sin rostro que ha actuado de manera disparatada, alejado de las políticas dictadas para combatir el virus.
En los últimos días hemos sido testigos de un nuevo cambio de timón dispuesto por el gobierno para frenar el avance alarmante del virus, sobre todo en las Regiones. Se están revisando y sincerando las cifras estadísticas y la nueva Ministra de Salud, Pilar Mazzetti, ha anunciado reajustes en la política de su sector sin descartar la posibilidad de adoptar acciones más duras si no mejora la lucha contra la pandemia; incluso precisó que una nueva cuarenta estaría dentro de las posibles medidas a adoptarse en plena fase 3 de la reactivación económica.
El replanteo de las cosas es siempre positivo si se toman decisiones con visión global y con una adecuada planificación para medidas a corto y mediano plazo. Hasta la próxima semana.
Por Iván Torres La Torre – Abogado