Luego de más de cien días, el plantel íntimo se dio cita en el Esther Grande de Bentín
Por fin dentro de hábitat. Tuvo que pasar más de 100 días para que el plantel blanquiazul vuelva a una cancha a hacer trabajos con el balón. El primer equipo victoriano trabajó en tres grupos diferentes bajo las órdenes del chileno Mario Salas en las instalaciones del Esther Grande de Bentín.
“¡Arrancamos con toda la actitud!”, publicó el club en sus redes sociales esta mañana para dar a conocer a los hinchas el regreso a los entrenamientos. Incluso, el día anterior ya habían dado a conocer de manera oficial la noticia, pues ha sido uno de los equipos que ha tardado en poder reanudar sus actividades, debido a temas administrativos.
Los protocolos de la FPF indican que las prácticas deben ser de manera individual, por ello el plantel se dividió en tres grupos. Rinaldo Cruzado y Leao Butrón lideraron los trabajos del primer grupo que comenzó a entrenar desde las 8:30 de la mañana.
El dato
Mario Salas pudo estar con sus pupilos debido a que cumplió con la cuarentena obligatoria tras su llegada a nuestro país, además de pasar por las respectivas pruebas moleculares de descarte al coronavirus. El “comandante” realizó fútbol en espacio reducido y exigió en el aspecto físico a todos sus futbolistas.