Por: Renzo Mauricio Postigo Quiroz (*)
¡Más claro imposible!
Es curioso, patético… las fotos de los colegas fallecidos pegadas a un palo, clavados en el Colegio Médico, como ‘recuerdo’ de su sacrificio (grandes honores) y con una publicación estúpida. Con la frase: «Cuando un médico muere, nunca muere» (de las más grandes idioteces acuñadas por este gremio). Debieron escribir que cuando alguien muere, se muere; dejando atrás una familia dolida, sin honores ni gloria, y de eso no hay retorno.
Cuando al «ministro» de Salud se le pidió apoyo hace unas semanas, para los médicos que se estaban muriendo por la Covid-19 en Iquitos, simplemente se lavó las manos alegando «igualdad ante la ley». Que, si bien algo de razón tenía, la verdad es una, no quiso hacer nada.
Abandonó a sus propios colegas, no se preocupa por abastecer los hospitales, pero sí puede ‘importar’ míticos médicos cubanos (que en otros lugares han demostrado tener una labor controversial), y poner medallas -cual un perro que gana un concurso- a médicos chinos que vinieron a mirar las calles del país y simplemente certificar que estamos peor que jodidos.
Seguramente habrán traído mascarillas, equipos de protección personal, ventiladores mecánicos o atenderán en las emergencias de los abarrotados hospitales del país; seguramente se ganarán esa medalla y el ‘aprecio’ de un país peor que ignorante, con gente que entre necesitada y estúpida, ha perdido el miedo a una enfermedad que se sigue llevando a padres, madres, hijos, hermanos etc., mientras sus familias se pelean por un balón de oxígeno llenado a la mitad para darle unos minutos más de vida.
Algunos dicen que Medicina es una carrera ‘humanista’ y que nosotros la escogimos. ¡Perdón! pero carrera humanista no quiere decir tener que morir como un perro, abandonado y olvidado. Ya nos habían dicho mil veces que esta carrera era ingrata. Sin embargo, mil veces más ingrato es el olvido de tu país, de tus ‘autoridades’, que siempre responderán cuando les pidas ayuda… «Para ti no hay, estamos haciendo requerimiento».
Vete Zamora, una y mil veces, vete muy lejos.
(*) Residente de Medicina Interna Hospital 2 de Mayo