Hoy que se fue, en base a su propia filosofía de vida y con esa magistral calidad autoral, puedo decir que, en la vida hay circunstancias donde las cosas más duras o tristes también son bonitas. Le habrá ocurrido a más de uno. A mí me pasó en una etapa muy difícil, que me llevó a un paisaje ensombrecido.
Sin embargo, en ese penoso transitar del año 2003 que comenzaba a perder a mi señor padre, también comencé a escuchar por el ambiente, por la ciudad (obviamente sin pandemia), en las fiestas, y seguramente en los locales una canción: ‘Bonito’.
Una simple y tierna canción, cuyo mensaje era tan sencilla y grandiosa al mismo tiempo, con cuya letra se demostraba que, pese a todo, vale la pena vivir en este mundo. Era Pau Donés y su agrupación española Jarabe de Palo, apelando al amor, a la esperanza, a la paz, a la gente.
‘Bonito’ (2003), fue la cuarta producción del grupo español Jarabe de Palo. El nombre y los temas de ese álbum -así como el de esa canción que la cantaban chicos, grandes, familias- fueron composiciones sencillas, sin grandes pretensiones, pero con buenas letras y de gran éxito. “No hay ninguna fórmula, tan solo hacemos música que nace del despertar cada día, con ganas de vivir y de disfrutar. En verdad lo único es tener presente que es más importante la música que el negocio”, dijo en su momento el barcelonés.
Luego, el infortunio también le llegó, al saberse en setiembre del 2015 que sufría de cáncer al colon. En enero del año pasado (2019), anunció su retiro indefinido de los escenarios, manifestando que era un adiós dejando la puerta abierta para retornar “algún día”. “Han sido 20 años de música y es momento de hacer otras cositas (…) La música nos ha conectado y os lo súper agradezco”, dijo el cantautor.
“Volveremos, no sé cómo, ni cuándo, ni de qué manera, pero volveremos”, añadió en una hermosa y triste despedida, valorando a la familia, renunciando de manera estoica, siendo honesto, claro y contundente ante el respetable. Pocos hacen eso.
Y hoy, Pau volvió para despedirse, con esa pizca de alegría que la vida también contempla, con esa su canción; para mi, justo en esos momentos donde me costaba sonreír, como ahora mismo en que el dolor es múltiple.
Por eso, pasado el tiempo y los hechos, con humildad y sinceridad, a la distancia y en el anonimato, te respondo gran hombre: tuviste razón y nos lo dijiste con melodía, con ritmo, haciendo que todos se entusiasmen, salten, silben, canten y bailen; recordando igual a esa poetisa y novelista inglesa Letitia Elizabeth Landon: ¡Deliciosas las lágrimas, como el rocío del corazón! … cuando hay una buena razón, usted grandioso Pau. Descansa en paz.
