(*) Ordinario, de malos modales, sin gusto, desordenado, vulgar.
Es un insulto, y a la vez crítica, un tanto frívola, ligera y despectiva.
Así, si no te queda bien la ropa que te pusiste y para colmo crees lucir «Cool», no dudes que alguno de tus amigos te lo harán saber diciéndote lo pacharaco que eres.
(AsiHablamos.com – El Diccionario Latinoamericano)
Habría que agregar, huachafazo, recontra pacharacazo. Tan propio de ese ámbito de marca, tan torbellino y ridículo llamado Chollywood, donde lucen exponentes tristemente célebres que hasta programas de televisión tienen, creyéndose haber llegado a la gloria.
Todo eso, llevado ahora a Palacio de Gobierno, justo en momentos de vida o muerte, con casos donde no hay qué comer, mientras los verdaderos artistas padecen. Mientras a las auténticas mentes lúcidas se les hace un mundo acceder a ese botín llamado Estado.
Pero, más allá de la definición, o la tardía investigación del Parlamento y Ministerio Público, resulta indignante que ‘un cualquiera’, con alucinaciones de ídolo se muestre tan fácil estando de por medio la gran connotación de lo que es cultura en una sociedad y en un país tan rico y admirado al respecto.
Y es que, Cultura se refiere al conjunto de bienes materiales y espirituales de un grupo social transmitido de generación en generación, a fin de orientar las prácticas individuales y colectivas. Incluye lengua, procesos, modos de vida, costumbres, tradiciones, hábitos, valores, patrones, herramientas y conocimiento.
Todo ello, para ser administrado y fomentado por el ministerio correspondiente. Y que ahora, un impresentable se atreva a pasar por encima de 6 ministros, con 9 ventajosos contratos para luego mofarse, dejando su huella arribista, ridícula, de imágenes que hablan de su trayectoria inapropiada, deja mucho que desear y tanto por explicar a quien corresponde.
Es más, después de esa falta de respeto al patrimonio nacional arriba señalado, hay otro factor que ya le hizo mucho daño al mandatario de turno: la confianza. Así se diga una cosa, se arguya otra; se investigue, se concluya y sentencie a posteriori; hoy, ante la opinión pública suena y retumban aquellos adagios tan propios: ‘Dime con quien andas…’, ‘Cuando el río suena…’, ‘La esposa del César, no solo debe ser honesta, sino también parecerlo’.