PNP: Crónica de un dramático contagio del Covid-19

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“…me mata la indiferencia de mi Comando, pero amo a mi institución…” dice la Mayor Ruth

“Contraje el COVID-19 realizando el patrullaje preventivo, pidiendo a la ciudadanía que cumpla con las disposiciones dictadas por el estado. Algunos no quisieron, fueron pocos los conscientes que acataron la normas, hoy salvaron sus vidas.

Yo, no corrí la misma suerte, porque mi trabajo está en la calle, sensibilizando a la gente, para que no salga de sus casas, que usen las mascarillas, los guantes, que cumplan con el aislamiento social obligatorio, que respeten el distanciamiento de metro y medio en lugares públicos, etc.

Lo he repetido mil veces, de todas las formas, montada en la tolva del patrullero, con megáfono en mano: cumplan con las medidas dispuestas de bioseguridad, por sus vidas, por sus familias; no quisieron, yo me contagie recorriendo todos los distritos de la ciudad donde laboró.

Fue muy duro enterarme que había contraído el virus, mi temor era contagiar a mi familia. He llorado mucho, pero mi fe en Dios me mantiene en pie, tengo dos hijas que me necesitan.

A Lima

Las posibilidades de tener un tratamiento en esta ciudad eran nulas, todo colapsó. Con la ayuda de mi jefe me vine a Lima a buscar ayuda para salvar mi vida. Fui a mi hospital PNP, hice la cola y me quise morir de pena viendo a mis colegas en las filas desmayarse, vomitar, llorar. Los vecinos que rodean el hospital, fastidiados con nuestra presencia, éramos muchos esperando la prueba rápida del Covid-19. Decidí ir a la Clínica Internacional Tezza, salí positivo.

Informé sobre mi situación de salud por el tema laboral para fines de justificación administrativa y la ‘Constancia de Aislamiento’, informé a la Villa Panamericano, porque es ese el protocolo, porque pertenezco a esa red-de salud sobre los resultados de las pruebas. Me escucharon, me expidieron un papel y punto hasta ahí. Nadie me llama, nadie monitorea mi estado de salud, nadie me prescribió un medicamento, mi vida les importa menos que un pepino, no merezco esto.

Con la gracia de Dios encontré un neumólogo, el Dr. Carlos Caballero Llanos, quien se apiadó de mi situación y la de mi familia, él me dio un tratamiento, he recorrido todo Lima buscando las medicinas, haciendo interminables colas, pagando sobrevaloración de los medicamentos, todo por salvar mi vida y la de mis hijas.

Ayuda

Lloro de impotencia, veo hablar a las autoridades decir tantas cosas, he llamado a la línea 113 del MINSA, les he rogado vengan a casa, nunca llegaron. En estos momentos no puedo movilizarme, me quema y duele la espalda, mi papi esta postrado en cama muy mal, no come, se desmaya, ¿alguien puede ayudarme? Estoy ante esta situación deprimiéndome, estoy muy triste, algo está fallando.

Podríamos salvar vidas sino fuéramos tan indiferentes, y sincerando las cosas, con un buen control y monitoreo; ¿por qué dejar así, a su suerte, a las personas que hemos en algo contribuido ante esta pandemia? Yo por lo menos agradeceré a mi jefe haberme permitido venir a Lima a morir, y si logro sobrevivir será gracias a Dios, a mi familia y amigos, me pregunto ¿dónde está mi institución? Son 28 años de servicios ininterrumpidos que di a la sociedad, con mucho amor, trabajo, compromiso y lealtad. Ahora, desde un rincón de mi dormitorio espero que la gracia de Dios me dé una oportunidad para con mi vida. ¿Alguien puede decirle al presidente de la República, al ministro del Interior, al director PNP lo que verdaderamente está pasando?

Con todo…amor a la institución policial

Tal vez este sea el caso de muchos y no decimos nada por diferentes razones, quizás por miedo, por lo que sea…porque no es fácil contar lo que nos pasa, decir todo este dolor, pero por Amor a Dios ¡ayúdennos! estoy desesperada, no duermo varios días pensando en qué será de mis hijas y mis padres. Compréndame por favor.

Hace unos días me comuniqué con mi Promoción Honorable PNP, e inmediatamente me enviaron una cajita de Hidroxicloroquina para tomar, a ver si con eso me paraba el dolor, lo cual agradezco de corazón, pero lo que me está matando es la indiferencia de mi comando… con todo, amo a mi institución, que quede claro”

-Mayor PNP, Ruth Nelly Gamarra Veramendi de la Comisaría Especializada de la Familia-

(DGR y LPA)

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