“… si las piedras dijeran su lamento o su silencio, con vuestra voz hermanos cantores, hablarían numerosos…” (Pablo Neruda)
Ironías de la vida, si no hubiera pandemia, las calles y pistas estarían hoy repletas de gente, su gente; acompañándolo hasta su última morada. Hoy, por esas cosas del destino quizás, solo nos queda el llanto y la fuerza de despedirlo a través de nuestros sufrientes corazones, acompañándolo en ese transitar hacia ese reino de luz sin sombras. Gracias, Eusebio ‘Chato’ Grados.
Precisamente en circunstancias que los más desposeídos sufren a extremos de hambruna y carestía, ante un enemigo letal que arrasa y destruye, al igual que la corrupción, la insensibilidad y la traición establecida por años en nuestra patria, se va uno de esos guerreros que con sus armas tan simples, dignas y supremas como el canto, la danza, la tradición e identidad, supo exponer musicalmente la grandeza de esta tierra y su gente.
Y así como ahora valoramos su inmenso legado cultural, la noche de ese sábado 27 de junio de 1987, con el Teatro Municipal repleto -en presencia del extinto mandatario Alan García Pérez, sentado junto a su esposa la Primera Dama María del Pilar Nores Bodereau-, quedó registrado la consolidación artística del ‘Chato’ Grados al ganar la ‘Urpicha de oro’ del ‘1er Festival de Autores y Compositores Andinos’ bajo la producción general de Soledad Mujica.
Vibrante jornada del triunfador Eusebio Grados Robles, quien magistralmente interpretó la canción ‘Una patria sin pobres’, muliza compuesta por Bernardo Melgar Vásquez. Un tema cuya connotación reflejaba aquel contexto político, económico y social de un país en crisis, con una profunda recesión económica, al haberse devaluado su moneda, el inti, en un 24%, amén de la barbarie establecida por el accionar de los malditos terroristas.
Así, gracias a este gran cantor y su excelente interpretación, quedaba demostrado una vez más que el folclor es vida, que no existe un país sin folclor. Pues, todas las vivencias, paisajes, sentimientos, realidades, experiencias; tragedias, alegrías, amores, el pasado y el presente, se unifican históricamente a través de la música, la danza y la canción de esos exponentes que engrandecen a esta tierra bendita llamada Perú. El ‘Chato’ Grados es uno de ellos.
Reparen compatriotas en los personajes del tema, en los aludidos y no también, quienes -aun con los años transcurridos-, en plena crisis sanitaria, tienen presencia y responsabilidad… después, seguramente, también habrá momento del festivo ‘Pio Pio’.
Descansa en paz ‘Chato’ Grados.
‘Una patria sin pobres’
La muliza es la balada del alma
de los pueblos del centro de mi patria (hablado).
Con mi coraza de verdad
mi fusil de paz y mi bandera de lucha.
Siempre te seguí
por las sendas trazadas
de triunfar o morir por mi patria (bis)
Yo soy el soldado/el obrero, el campesino, el estudiante (bis).
Yo soy el que ríe
el que también sufre hambre.
Yo soy aquel que por sus venas corre con furia todas las sangres.
Yo soy el soldado, el obrero, el campesino el estudiante (hablado)
También yo soy la voz
de mi Perú que nunca se rinde
de un nuevo Perú que al fin a de forjar una patria sin pobres (bis).
Es que vengo desde lejos
mi canto es la voz del que calla
su pena, su llanto, sus quejas hace siglos.
También soy la voz
de un Perú que nunca se rinde
de un nuevo Perú
que al fin a de forjar una patria sin pobres (bis).
Quien no ha de anhelar
que su país ya no llore
por tanta desigualdad, incomprensión y barbarie
lo nuestro persigue su cauce
y no habrá quien la detenga
ya no queremos pobreza
es el grito de la historia.